A estas alturas ya
es de sobra conocido lo favorable que es para nuestro organismo el consumo de
soja, combate el colesterol, disminuye la formación de grasas, mantiene a raya
la diabetes y la hipertensión, etc. Cada vez son más los beneficios que
estudios científicos recientes atribuyen al consumo de soja. Aunque hasta hace unos años consumir soja
era un privilegio casi exclusivo de los países orientales, de donde es
originaria, hoy en día toda tienda de dietética que se precie vende soja o
cualquiera de sus derivados.
La soja es, sin
duda, el producto agrícola de mayor valor biológico que podemos encontrar, por
ello durante milenios ha sido la principal fuente de proteínas de las dietas de
países orientales, y poco a poco ha ido ganando terreno en el resto del mundo,
y ahora ha llegado a la alta cocina.
El Gremio Provincial de Pastelería de Valencia organizó hace unos días
un curso, en la Escuela Oficial de Pastelería
de Valencia, sobre pastelería salada innovadora,
con la soja como principal hilo conductor. Durante este curso, Miguel
Angel Señoris desarrolló 12 creaciones de pastelería salada relacionadas
entre sí a través de un único ingrediente, la soja. Con el fin de prestigiar las
elaboraciones saladas al alcance del pastelero en sus servicios para
celebraciones y eventos en general, el maestro pastelero valenciano ha querido
imprimir un aire especialmente innovador a cada propuesta.
Se ha podido disfrutar, entre
otras delicias, de una hamburguesa de soja texturizada y marcada a fuego, de un
macaron con alioli de leche de soja y setas, de un salmonete braseado con
verduritas frescas salteadas, de un trampantojo de taboule marroquí con
espárrago, de una pasta de soja texturizada con coral de vieiras y gambas, de
un pulpo sobre lecho de patata confitada en aceite de oliva y o de un chupito
de coliflor con emulsión de setas salteadas.
Héctor Fuertes Martínez. Noticias
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